lunes, noviembre 17, 2003
He empezado a pensar, seriamente, que esto de ser buena gente no paga bien.
Cuando te portas mal, viene alguien y te lo reprocha, te indica el camino y te sigue los pasos para monitorear tu aprendizaje. Suena feo, pero siendo malo recibes más atención. De hecho, cuando reincides en la maldad, la gente siente un poco de compasión porque saben de tu lucha por ser bueno.
Pero en cambio, si eres bueno, todo el mundo asume que siempre lo serás. Nadie se preocupa por aplaudir tus logros, sólo se concentran en tus fracasos porque fracasar “no es bueno”. Es jodido, pero la gente buena no recibe atención. Y caes en desgracia, tampoco recibes compasión.
Hay días en los que siento que está mal ser buena. Hay días en los que quisiera sacarle en cara a todo el mundo las cosas que hago por ellos, una a una, y pedirles que me paguen, que ya está bueno de pasarme por encima. No me gusta que la gente asuma que, por lo buena que soy, es mi deber darles mi vida entera. Me aterra que esos actos desinteresados que un día le regalas a alguien, se conviertan en rutina y más tarde en obligación… odio que no me agradezcan hacer algo bueno, pero que me reclamen cuando dejo de hacerlo. Un día voy a gritar y voy a dejar de ser buena.
Pero soy tan buena que ni eso.
Asumo que estoy cansada, y que no es la mejor forma de actualizar el blog al que tanto cariño le tengo, pero me molesta mucho sentir que nadie premia a la gente chévere, que el crimen sí paga y que los malos de la película son los objetos del deseo.
Cuando te portas mal, viene alguien y te lo reprocha, te indica el camino y te sigue los pasos para monitorear tu aprendizaje. Suena feo, pero siendo malo recibes más atención. De hecho, cuando reincides en la maldad, la gente siente un poco de compasión porque saben de tu lucha por ser bueno.
Pero en cambio, si eres bueno, todo el mundo asume que siempre lo serás. Nadie se preocupa por aplaudir tus logros, sólo se concentran en tus fracasos porque fracasar “no es bueno”. Es jodido, pero la gente buena no recibe atención. Y caes en desgracia, tampoco recibes compasión.
Hay días en los que siento que está mal ser buena. Hay días en los que quisiera sacarle en cara a todo el mundo las cosas que hago por ellos, una a una, y pedirles que me paguen, que ya está bueno de pasarme por encima. No me gusta que la gente asuma que, por lo buena que soy, es mi deber darles mi vida entera. Me aterra que esos actos desinteresados que un día le regalas a alguien, se conviertan en rutina y más tarde en obligación… odio que no me agradezcan hacer algo bueno, pero que me reclamen cuando dejo de hacerlo. Un día voy a gritar y voy a dejar de ser buena.
Pero soy tan buena que ni eso.
Asumo que estoy cansada, y que no es la mejor forma de actualizar el blog al que tanto cariño le tengo, pero me molesta mucho sentir que nadie premia a la gente chévere, que el crimen sí paga y que los malos de la película son los objetos del deseo.