viernes, octubre 17, 2003
Normal/Diferente
Hay una creciente preocupación por ser “diferente”, que ha llevado a que “los diferentes” sean iguales entre sí. Querer salir de la norma se convirtió en norma.
Este asunto es como el de las vanguardias: nacen para rechazar o rebelarse en contra del convencionalismo, y terminan imponiéndose como un nuevo estándar convencional. Mi profesor de arte llamaba a los movimientos vanguardistas “neoconvencionalista”.
Propongo, entonces, volver a lo normal. Por un día hagamos cosas “normales”, iguales a todo, sin querer cambiar el mundo ni llamar la atención.
Pruébenlo, es divertido. Un día de comer carne con arroz y ensalada, solamente. Un día de ocio viendo tele. Un juego de mesa. Un día sin motivos góticos. Un día sin buscar sites en flash, sin trepidantes animaciones o música de moda.
Con tanta gente diferente, ser normal será todo un éxito. Un éxito por derecho propio, además, sin esforzarse por parecer lo que no se es.
Y no voy a caer en la trampa de pensar que desear resaltar siendo normal es igual de malo que desear resaltar siendo diferente. Sólo propongo no preocuparse. Eso es todo.
Hay una creciente preocupación por ser “diferente”, que ha llevado a que “los diferentes” sean iguales entre sí. Querer salir de la norma se convirtió en norma.
Este asunto es como el de las vanguardias: nacen para rechazar o rebelarse en contra del convencionalismo, y terminan imponiéndose como un nuevo estándar convencional. Mi profesor de arte llamaba a los movimientos vanguardistas “neoconvencionalista”.
Propongo, entonces, volver a lo normal. Por un día hagamos cosas “normales”, iguales a todo, sin querer cambiar el mundo ni llamar la atención.
Pruébenlo, es divertido. Un día de comer carne con arroz y ensalada, solamente. Un día de ocio viendo tele. Un juego de mesa. Un día sin motivos góticos. Un día sin buscar sites en flash, sin trepidantes animaciones o música de moda.
Con tanta gente diferente, ser normal será todo un éxito. Un éxito por derecho propio, además, sin esforzarse por parecer lo que no se es.
Y no voy a caer en la trampa de pensar que desear resaltar siendo normal es igual de malo que desear resaltar siendo diferente. Sólo propongo no preocuparse. Eso es todo.