viernes, octubre 03, 2003
Incautados
Vivir en la misma urbanización de un canal de tv nunca es divertido. Pero la cosa es un poco más peliaguda cuando ese canal es un férreo crítico de un régimen político tan defectuoso como el que padece Venezuela, es un karma.
No es que me resulte ajeno el dolor de ver cómo un medio de comunicación es atacado, nada más lejos de la verdad, soy Comunicadora Social y estas cosas me tocan el nervio con malicia. Pero lo que creo que poca gente imagina, es este miedo que uno siente al ver un acto como este tan de cerca. Esta situación me asusta por mí, no por el canal.
Las autoridades que hicieron acto de presencia en Globovisión, han presentado un escrito que explica que incautarán equipos de microondas que están operando en una frecuencia ilegal, pero que el canal se ha negado a la ejecución de esta medida.
¿Por qué el canal se niega? Porque los técnicos que las autoridades llevaron para retirar los equipos, al revisarlos, dieron fe de que los equipos operan en frecuencia legal. Como la frecuencia es legal, el canal dice que no tiene sentido que se lleven los equipos.
Lo dantesco de este asunto es que el documento llegó listo al canal, y en él dice que Globovisión se negó a que retiraran los equipos que funcionan ilegalmente. O sea, ellos no redactaron un acta que reflejara lo que había pasado en el acto de incautación, sino que se adelantaron a los acontecimientos asumiendo que el canal estaba incurriendo en faltas, redactaron el documento, y ahora quieren que los representantes del canal firmen un papel lleno de mentiras.
Este miedo que siento no es el físico, es moral. No me quejo del dolor de cabeza que me dejó hacer sonar y escuchar cacerolas durante dos horas. No me asustan los balazos que surcaron los cielos en distintas urbanizaciones de Venezuela (no hay nada que le guste más a los venezolanos que lanzar tiros al aire, cosa que no entiendo bien todavía). Lo que me asusta, me duele, me asquea es que, incautando esos equipos, me incautan la libertad.
Vivir en la misma urbanización de un canal de tv nunca es divertido. Pero la cosa es un poco más peliaguda cuando ese canal es un férreo crítico de un régimen político tan defectuoso como el que padece Venezuela, es un karma.

Las autoridades que hicieron acto de presencia en Globovisión, han presentado un escrito que explica que incautarán equipos de microondas que están operando en una frecuencia ilegal, pero que el canal se ha negado a la ejecución de esta medida.
¿Por qué el canal se niega? Porque los técnicos que las autoridades llevaron para retirar los equipos, al revisarlos, dieron fe de que los equipos operan en frecuencia legal. Como la frecuencia es legal, el canal dice que no tiene sentido que se lleven los equipos.
Lo dantesco de este asunto es que el documento llegó listo al canal, y en él dice que Globovisión se negó a que retiraran los equipos que funcionan ilegalmente. O sea, ellos no redactaron un acta que reflejara lo que había pasado en el acto de incautación, sino que se adelantaron a los acontecimientos asumiendo que el canal estaba incurriendo en faltas, redactaron el documento, y ahora quieren que los representantes del canal firmen un papel lleno de mentiras.
