<$BlogRSDUrl$>

jueves, octubre 02, 2003

Después de escribir el post anterior, recordé un instante mágico que viví con mi hermana, a pocos días del nacimiento del bebé.

Me intrigaba, como siempre lo ha hecho, lo difícil que resulta el proceso del embarazo. Y no sólo pensaba en los cambios físicos y emocionales que, por un período tan largo como 9 meses, sufre la madre. Lo que me intrigaba era cómo se sentía eso de conocer a una persona que habías tenido tanto tiempo dentro de ti, pero que nunca habías visto. ¡9 meses y nunca le habías visto la cara!

Mi hermana, conmovida, me dijo que, a pesar de nunca haber visto ese rostro, la primera vez que lo observabas era como si siempre lo hubieses conocido.

Y observar la cara de fascinación que tenían madre e hijo cuando se veían a los ojos era la prueba viviente de ese misterio de amor.

Ahora pienso en otro de los dulces misterios de amor que nunca antes entendí. Las madres, tías, abuelas,…, siempre te ven como un bebé aunque ya seas adulto. Me parecía tonto de su parte atarse a ese pasado donde uno era indefenso y chiquito, pensaba que eran cosas de vieja, y no lo entendía. ¿A que no adivinan? Esta anciana tía ve a su sobrino como un bebé, a pesar de sus 13 años. ¿Qué tal?



This page is powered by Blogger. Isn't yours?