martes, septiembre 23, 2003
Excepción
Hace unas semanas, me llegó la información de aquel estudio lingüístico que reveló que las palabras son detectadas como un todo por el ojo entrenado en la lectura, por lo cual el orden de las letras no importa mucho siempre que primera y última estén en la posición que les corresponde.
Pensé postearlo para justificar mis errores de escritura, pero al final desistí. Lo bueno es que tantos chicas como chicos blogers lo hicieron. En mi caso, resulta que el estudio fue informado por distintos medios, y yo me enteré por una nota del telediario español o colombiano (no recuerdo), donde la presentadora puso un texto mal escrito en pantalla y lo fue leyendo al tiempo que pedía que uno hiciera lo mismo. Se suponía que los lectores debíamos entender el texto sin problemas, pero yo me quedé en la primera línea. No entendía nada, fue horrible.
Asimismo, hace unos días un amigo me envió un e-mail con una imagen de una botella, en la cual aparecía una pareja abrazándose. Se decía que sólo los niños podían ver, además de la pareja, 9 delfines, y me invitaba a encontrarlo en menos de 6 segundos. La cosa es que pasé más de 6 segundos buscando… ¡a la pareja! Los delfines los vi claritos, pero la pareja se me escondía de la vista.
O sea, que yo estoy en el renglón de las excepciones, así que no vale que me apoye mucho en estos estudios, ¿no?
Hace unas semanas, me llegó la información de aquel estudio lingüístico que reveló que las palabras son detectadas como un todo por el ojo entrenado en la lectura, por lo cual el orden de las letras no importa mucho siempre que primera y última estén en la posición que les corresponde.
Pensé postearlo para justificar mis errores de escritura, pero al final desistí. Lo bueno es que tantos chicas como chicos blogers lo hicieron. En mi caso, resulta que el estudio fue informado por distintos medios, y yo me enteré por una nota del telediario español o colombiano (no recuerdo), donde la presentadora puso un texto mal escrito en pantalla y lo fue leyendo al tiempo que pedía que uno hiciera lo mismo. Se suponía que los lectores debíamos entender el texto sin problemas, pero yo me quedé en la primera línea. No entendía nada, fue horrible.
Asimismo, hace unos días un amigo me envió un e-mail con una imagen de una botella, en la cual aparecía una pareja abrazándose. Se decía que sólo los niños podían ver, además de la pareja, 9 delfines, y me invitaba a encontrarlo en menos de 6 segundos. La cosa es que pasé más de 6 segundos buscando… ¡a la pareja! Los delfines los vi claritos, pero la pareja se me escondía de la vista.
O sea, que yo estoy en el renglón de las excepciones, así que no vale que me apoye mucho en estos estudios, ¿no?
