lunes, julio 07, 2003
La vida te da sorpresas...
Me contaba mi esposo que a una amiga suya le habían extirpado un ovario hace 11 años. Le aclararon, además, que no podría tener hijos. Parece que el ovario restante estaba en malas condiciones o no funcionaba bien.
Ella se dedicó entonces a desarrollar su carrera, a ser una mujer de negocios, independiente, a ir a su ritmo, sin pensar en los hijos o en "sentar cabeza". Hoy tiene 36 años y, desde hace 2 meses espera un hijo.
Claro que está feliz, su embarazo fue una sorpresa total, algo que no esperaba ni por asomo, pero más allá de la alegría ella sólo piensa en el equilibrio sutil de la existencia humana. Ella nunca pensó que esto pasaría, de hecho, se había resignado a que no pasara, y con su vida hecha y derecha, mirando hacia a otro lado, un suceso como este lo cambia todo.
A veces uno piensa que tiene la vida resuelta, que sabe a dónde va, y se llena de itinerarios y de planes que nunca se concretan porque un capricho del destino lo cambia todo. A veces esos caprichos nos llenan de miedo, obviamente porque se nos escapan del cronograma, pero la vida siempre es generosa, y aun detrás de aquellos sucesos en apariencia nefastos, se esconden nuevas oportunidades de vida.

Ella se dedicó entonces a desarrollar su carrera, a ser una mujer de negocios, independiente, a ir a su ritmo, sin pensar en los hijos o en "sentar cabeza". Hoy tiene 36 años y, desde hace 2 meses espera un hijo.
Claro que está feliz, su embarazo fue una sorpresa total, algo que no esperaba ni por asomo, pero más allá de la alegría ella sólo piensa en el equilibrio sutil de la existencia humana. Ella nunca pensó que esto pasaría, de hecho, se había resignado a que no pasara, y con su vida hecha y derecha, mirando hacia a otro lado, un suceso como este lo cambia todo.
A veces uno piensa que tiene la vida resuelta, que sabe a dónde va, y se llena de itinerarios y de planes que nunca se concretan porque un capricho del destino lo cambia todo. A veces esos caprichos nos llenan de miedo, obviamente porque se nos escapan del cronograma, pero la vida siempre es generosa, y aun detrás de aquellos sucesos en apariencia nefastos, se esconden nuevas oportunidades de vida.