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martes, junio 17, 2003

Probemas domésticos

Venga, vamos a sincerarnos: no me gusta limpiar. Y con esto no quiero decir que me encante vivir en la suciedad, pero prefiero que sea otro el que limpie. No es fácil encontrar a una persona que lo haga COMO UNO DESEA, pero al final del camino, siempre es bueno contratar a alguien.

Actualmente tenemos un conflicto con ese tema en casa. Hace unos meses mi esposo contrató a la chica que limpiaba su oficina para que viniera a casa los sábados. Limpia muy bien, es enérgica y maniática, pero tiene varios defectos:

1. Esconde las cosas. Ella cambia el sitio de lo que arregla, no importa que no tenga lógica alguna la nueva ubicación. No me extrañaría encontrar las ollas en el baño un día de estos.
2. Es un tanto obsesiva. Todo lo arregla en filas, líneas rectas o cuadrículas. Ningún adorno puede quedar diagonal según sus normas y todo lo que le parezca bonito lo pone arregladito en la mesa de centro (incluyendo un juguete del perro).
3. Usa cloro en todo. No importa que le repita que eso daña el mármol y el granito, ella lo mezcla con detergente y lo cepilla con la escoba, quitando lo que yo calculo sean como 10 años de vida útil al piso.

El mayor problema es que no venía todos los sábados sino cuando podía, le daba la gana, cuando no tenía fastidio o cuando no se iba a la playa. Obviamente me harté de la inconstancia y llamé a otra señora. Esta es toda una fanática de la limpieza, muy puntual, educada, enérgica peeero… ¡ESE ES SU MAYOR PROBLEMA! Bueno, en realidad de ese problema se derivan:

1. Llega como a las 7 a.m. No es que yo sea floja, pero hasta me ha pedido llegar antes.
2. Limpia todo a fondo (creo que hasta pulió las altas de atún). Esto no tendría por qué ser malo, lo que pasa es que llega a ser estresante su manera de escudriñarlo todo, desde las uniones de las baldosas hasta las paredes.
3. Quiere que me siente a su lado para contarme lo que está haciendo. No es que yo sea antipática pero tengo otras cosas que hacer, y esta señora habla hasta por los codos y me vuelve loca.
4. Le sobra energía. Me ha propuesto sacar la cocina para limpiarla por detrás, o sea, desempotrar la estufa para quitarle la grasa al piso y a la pared posterior. Eso sin contar el hecho de que pretende que quite la electricidad para que ella pueda desmontar las lámparas y limpiar hasta los cables.

La cosa es que con alguna me tendré que quedar, pero la elección es difícil, pues una peca por exceso y la otra por defecto.



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