<$BlogRSDUrl$>

viernes, junio 13, 2003

Good morning, sunshine!

No es un tema trascendental, lo sé, pero hay pocos momentos en los cuales uno esté tan feo como cuando se despierta. Yo me corté el cabello hace unos meses y de largo lo dejé corto, para evitar el calor y para dar un cambio. ¿A que no adivinan a quién me parezco en la mañana? A Robert Smith, el de The Cure. Y cuando me echo cremas antes de dormir, amanezco como Marcel Marceau después de la lluvia. Y no importa lo que haga antes de acostarme, ni qué crema dental use, siempre siento que tengo aliento de dragón. Si he tenido una noche especialmente agitada en cuanto a sueños, normalmente amanezco con el pijama torcido, como si fuera una fugitiva. Las almohadas huyen de la cama. Y no se crean que con un edredón king size a uno le sobra cobijo: si tienen un comapñero de cama como el mío, seguro quedarán con el trasero helado a medianoche y amanecerán en posiciones extrañas en la mañana. Y si me despierto con el repique del teléfono, seguramente me preguntarán: ¿estabas durmiendo? A lo que responderé invariablemente: no, estaba despierta. ¿Será que alguien me cree? Y no hablemos de acostarse con maquillaje, que la cosa se pone peor: no hay máscara para pestañas que aguante una noche de sueño, y Krusty sentiría envidia de mis labios al levantarme, olvídense de la sombra en los párpados porque siempre termina pareciendo un hematoma en la sien. Ha habido veces que con el maquillaje chorreado parezco el Guernica.

En fin, no es muy provechosa mi anécdota, pero tenía que confesarlo: soy un monstruo cuando me despierto.


This page is powered by Blogger. Isn't yours?