miércoles, junio 11, 2003
El post anterior se refería al contenido de los sites en general, y a la publicidad engañosa en general. Odio que me ofrezcan explícitamente algo y después no me lo den. Obviamente quedan fuera del asunto de la honestidad las identidades digitales, ya sabemos que es fácil crearse un alter ego digital por conveniencia, o por quitarse el miedo, o por diverisón, o por lo que sea. Y, al final, es parte de lo que pienso, el tema es extenso y casi interminable y no pretendo dictar ley al respecto. Una reflexión al aire, como quien suspira y piensa en el azul.