jueves, mayo 08, 2003
Tecnología e incomunicación
Estuve viendo el teléfono un rato largo y pensé: “¿Cómo hacía antes la gente? Yo me imagino mi vida sin el teléfono.” Y es que cuando la tecnología se integra a tu vida, luego es muy difícil sacarla.
Los celulares no han calado mucho en mí, el mío se la pasa perdido, apagado o sin pila, que es lo mismo. Pero reconozco que la gente los usa mucho, demasiado diría yo. De hecho, cuando mi esposo deja el celular siento que se ha metido en un hoy negro y temo que no aparezca más. Aunque no lo llame en todo el día.
Pero hay veces que la tecnología pasa de ser un medio a ser un fin y, lejos de cumplir su función (COMUNICAR) termina haciendo justo lo contrario (INCOMUNICAR). Y es que el rollo está en la moda del celu: con cámara digital, WAP, soporte para Java, SMS y MMS, timbrados polifónicos MIDI, carcasas intercambiables, y nada más. ¿Para qué te sirve tener el celular más increíble si nunca puedes atender una llamada?
Hace un mes una chica (G) que conozco recibió la llamada de una amiga (M) que estaba hablando lento, como triste… G le dijo que estaba muy ocupada y que le llamaría después, a pesar de no hacerlo. Al día siguiente se enteró que M había tratado suicidarse. ¿Saben lo que dijo G? “Pero si me hubiera llamado, si me hubiera dicho, yo pedía el día libre en el trabajo para estar con ella”. Y M contestó: “Te llamé, pero dijiste que estabas muy ocupada y que llamarías después. No pude esperar, el mundo se me vino encima. Y tú eras la única persona a la que le podía pedir ayuda, pero estabas ocupada”
Eso también aplica a los teléfonos fijos. Y no digo que haya que pegarse horas al teléfono, pero si alguien te está llamando es porque tiene algo que decir, por lo que negarle 2 minutos (al menos) es un crimen.
Hablo por mi experiencia. Sé que hay gente que no habla y punto, independientemente del teléfono. Pero yo no suelo colgarle a nadie, me gusta dejar abiertos los canales de comunicación.
Les dejo algunas reflexiones personales que, repito, no tienen por qué compartir conmigo:
Sobre celulares: si no quieres que te llamen, apágalo. Es muy desagradable que alguien te atienda, que tu operadora telefónica te cobre el primer minuto y que tú sólo recibas como respuesta un “no puedo hablar, debo colgar”. Es preferible que no te atiendan. Por lo menos te ahorras la plata y el desplante.
Sobre el trabajo: yo tengo 3 trabajos y nunca he estado tan ocupada como para no poder robarme 2 minutos y decir un “hola, te extraño y te quiero mucho”.
Sobre realizar llamadas: es lindo que te llamen a preguntar cómo estás o a decirte que te quieren, entonces, ¿por qué no llamar tú y darle el gusto a una persona que amas?
Sobre horario de llamadas: averigua el horario de la gente antes de llamarla a la hora que se te antoje. En mi casa es una tragedia que suene el teléfono a las 7 a.m., pero si llamas a las 11 p.m. no hay ningún problema.
Obviamente no hay por qué excederse. Llamar 20 veces/día a alguien es acosarlo. Y usar el celular a todo grito en lugares públicos y cerrados es un abuso (sí, aplican bancos, buses, etc.)
Pero lo que quiero decir es que, en definitiva, los teléfonos deben ser aliados de la comunicación y no enemigos de ella. Y no digo que sacrifiquen todo por una llamada, pero si pueden tómense un minuto para comunicarse con los seres queridos. A veces esos 60 segundos espantan la tristeza.
Estuve viendo el teléfono un rato largo y pensé: “¿Cómo hacía antes la gente? Yo me imagino mi vida sin el teléfono.” Y es que cuando la tecnología se integra a tu vida, luego es muy difícil sacarla.
Los celulares no han calado mucho en mí, el mío se la pasa perdido, apagado o sin pila, que es lo mismo. Pero reconozco que la gente los usa mucho, demasiado diría yo. De hecho, cuando mi esposo deja el celular siento que se ha metido en un hoy negro y temo que no aparezca más. Aunque no lo llame en todo el día.
Pero hay veces que la tecnología pasa de ser un medio a ser un fin y, lejos de cumplir su función (COMUNICAR) termina haciendo justo lo contrario (INCOMUNICAR). Y es que el rollo está en la moda del celu: con cámara digital, WAP, soporte para Java, SMS y MMS, timbrados polifónicos MIDI, carcasas intercambiables, y nada más. ¿Para qué te sirve tener el celular más increíble si nunca puedes atender una llamada?
Hace un mes una chica (G) que conozco recibió la llamada de una amiga (M) que estaba hablando lento, como triste… G le dijo que estaba muy ocupada y que le llamaría después, a pesar de no hacerlo. Al día siguiente se enteró que M había tratado suicidarse. ¿Saben lo que dijo G? “Pero si me hubiera llamado, si me hubiera dicho, yo pedía el día libre en el trabajo para estar con ella”. Y M contestó: “Te llamé, pero dijiste que estabas muy ocupada y que llamarías después. No pude esperar, el mundo se me vino encima. Y tú eras la única persona a la que le podía pedir ayuda, pero estabas ocupada”
Eso también aplica a los teléfonos fijos. Y no digo que haya que pegarse horas al teléfono, pero si alguien te está llamando es porque tiene algo que decir, por lo que negarle 2 minutos (al menos) es un crimen.
Hablo por mi experiencia. Sé que hay gente que no habla y punto, independientemente del teléfono. Pero yo no suelo colgarle a nadie, me gusta dejar abiertos los canales de comunicación.
Les dejo algunas reflexiones personales que, repito, no tienen por qué compartir conmigo:
Sobre celulares: si no quieres que te llamen, apágalo. Es muy desagradable que alguien te atienda, que tu operadora telefónica te cobre el primer minuto y que tú sólo recibas como respuesta un “no puedo hablar, debo colgar”. Es preferible que no te atiendan. Por lo menos te ahorras la plata y el desplante.
Sobre el trabajo: yo tengo 3 trabajos y nunca he estado tan ocupada como para no poder robarme 2 minutos y decir un “hola, te extraño y te quiero mucho”.
Sobre realizar llamadas: es lindo que te llamen a preguntar cómo estás o a decirte que te quieren, entonces, ¿por qué no llamar tú y darle el gusto a una persona que amas?
Sobre horario de llamadas: averigua el horario de la gente antes de llamarla a la hora que se te antoje. En mi casa es una tragedia que suene el teléfono a las 7 a.m., pero si llamas a las 11 p.m. no hay ningún problema.
Obviamente no hay por qué excederse. Llamar 20 veces/día a alguien es acosarlo. Y usar el celular a todo grito en lugares públicos y cerrados es un abuso (sí, aplican bancos, buses, etc.)
Pero lo que quiero decir es que, en definitiva, los teléfonos deben ser aliados de la comunicación y no enemigos de ella. Y no digo que sacrifiquen todo por una llamada, pero si pueden tómense un minuto para comunicarse con los seres queridos. A veces esos 60 segundos espantan la tristeza.