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sábado, mayo 10, 2003

Formación para el trabajo

Pensando en el oficio que me gustaría tener, me acordé de Formación para el trabajo. Estando en bachillerato pregunté para qué cuernos teníamos que estudiar esa materia y me dijeron que era por darnos un oficio, en caso de que no termináramos los estudios o que no consiguiéramos trabajo.

Como yo estudié en un colegio de sólo chicas, no aprendí carpintería ni electricidad, que es lo básico, sino cerámica y manualidades. Hice tacitas de café, adornos de muñecas desnudas, un espejo pintado al óleo y otras estupideces que no recuerdo. La verdad que con lo que aprendí no podría ejercer la alfarería nunca, ni mantenerme con ese oficio en ninguna parte del mundo.

Habría que replantearse esa materia y enseñarle cosas útiles a los niños. Parecen reflexiones de viejos, pero no lo son. Lo que pasa es que cuando me acuerdo de las tacitas me digo ¿tantas horas de trabajo para eso? ¿Y si hacemos como que nunca existieron las tazas y las dejamos caer al suelo? ¿Por qué no me enseñaron a bordar?


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