sábado, mayo 10, 2003

Ayer mi amiga argentina me abordó en el Messenger. ¡Qué alegría sentí! Es una amiga virtual a la que quiero mucho, como si fuera una amiga presencial con la que crecí.
Y no puedo decir que es una locura. Siento que con muchos amigos virtuales uno comparte tantas cosas que, al final, es como si creciéramos juntos en la vida. Hemos pasado matrimonios y separaciones juntas, su viaje al Brasil, su cambio de vida, mis cosas extrañas, mal de amores, de verdad son muchas las cosas compartidas.
Las caras las conocemos por fotos solamente, pero siento que nos conocemos mucho más. Es una experiencia única porque no se trata de una amistad por interés, ni es tampoco un chatero que quiere sexo virtual, sino de una amiga de verdad, una amistad desinteresada y que soporta la distancia y la falta de e-mails incluso.
Si lees esto, Ev, recibe un beso grande. Y a todos los que tengan amigs virtuales como yo, felicitaciones. Es lindo unirse con otros más allá de tiempo y espacio.