miércoles, abril 09, 2003
Quiero vivir como en un sit-com
Una de las ventajas de trabajar en casa es que puedo llevarme la compu hasta la cama y ver las repeticiones de todas las series que me gustan. Las tardes son más amenas, y de verdad, tonterías como esta lo hacen a uno más productivo. Habría que recomendarle a los jefes poner un cuarto de TV, un salón de chinchorros o una sala de maquinitas en las oficinas.
La cosa es, para no desviarme más, que envidio algunas cosas de las series:
1. La cantidad de tiempo para vivir que tienen. Ellos trabajan muy poco, no trabajan o trabajan mucho, lo mismo da, pero siempre les alcanza el tiempo para parrandear, estar con amigos, ir al cine y a cenar, to-dos-los-dí-as. ¿Por qué a mí no? Y es que, o no me alcanza el tiempo, o no me alcanza la energía.
2. La dinámica de las ciudades. No importa si es NYC, Chicago o Boston, no importa si se trata de una ciudad peligrosísima, si llueve o cae nieve, en todas las ciudades la gente camina de noche por las calles, pasea sus perros en los parques, se transporta en bicicleta...Igualito que en Caracas, donde apenas cae la noche hay un tácito toque de queda, te multan si llevas a tu perro a un parque (hay pocos que lo permiten), los conductores de vehículos automotores creen que los ciclistas son obstáculos que DEBEN derribar, y muchos etcéteras.
Y así, cada día tengo mucha envidia televisiva. Al final siempre se me olvida por qué envidio a los personajes y no a los actores (que ganan 1 millón de $ por capítulo), y en definitiva igual me divierte ver mis series. Seguramente al otro día tendré otro minuto de envidia pero, como siempre, lo termino olvidando.
Una de las ventajas de trabajar en casa es que puedo llevarme la compu hasta la cama y ver las repeticiones de todas las series que me gustan. Las tardes son más amenas, y de verdad, tonterías como esta lo hacen a uno más productivo. Habría que recomendarle a los jefes poner un cuarto de TV, un salón de chinchorros o una sala de maquinitas en las oficinas.
La cosa es, para no desviarme más, que envidio algunas cosas de las series:
1. La cantidad de tiempo para vivir que tienen. Ellos trabajan muy poco, no trabajan o trabajan mucho, lo mismo da, pero siempre les alcanza el tiempo para parrandear, estar con amigos, ir al cine y a cenar, to-dos-los-dí-as. ¿Por qué a mí no? Y es que, o no me alcanza el tiempo, o no me alcanza la energía.
2. La dinámica de las ciudades. No importa si es NYC, Chicago o Boston, no importa si se trata de una ciudad peligrosísima, si llueve o cae nieve, en todas las ciudades la gente camina de noche por las calles, pasea sus perros en los parques, se transporta en bicicleta...Igualito que en Caracas, donde apenas cae la noche hay un tácito toque de queda, te multan si llevas a tu perro a un parque (hay pocos que lo permiten), los conductores de vehículos automotores creen que los ciclistas son obstáculos que DEBEN derribar, y muchos etcéteras.
Y así, cada día tengo mucha envidia televisiva. Al final siempre se me olvida por qué envidio a los personajes y no a los actores (que ganan 1 millón de $ por capítulo), y en definitiva igual me divierte ver mis series. Seguramente al otro día tendré otro minuto de envidia pero, como siempre, lo termino olvidando.