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jueves, marzo 27, 2003

Soy una de esas personas que disfrutan de su trabajo, aunque siempre hay un pero. A ver: amo mi trabajo, amo a mi jefe, peeero oooodio a los clientes. Ayer tuve que enviarle unos textos a la cliente No. 1 para que los revisara y corrigiera.

-Los textos fueron debidamente estudiados. Favor corregir las siglas (PONERLAS TODAS EN MAYUSCULAS) y las comas y comillas de la entrevista.

Todo muy bien, me dije, pero cuando vi que la señora había realizado las correcciones en rojo, mayúsculas y subrayado (previendo que yo fuera oligofrénica), me molesté.

Respuesta: "cuando las siglas se leen como se escriben sólo se coloca en mayúsculas la primera letra, en cuanto al entrevistado, las comillas están donde empieza su declaración y las comas obedecen a leyes de subordinación". Genial, me dije, con esto le callo la boca.

Contrarrespuesta: "A mí me gustan más las mayúsculas y prefiero que borres las comas y pongas las comillas donde te digo". Punto.

Claro, me tuve que callar porque "el cliente siempre tiene la razón", aunque después me demanden por cambiar declaraciones y a la Real Academia le de un infarto por los errores cometidos.

Conclusión: nunca trabajes para un banco.


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