miércoles, marzo 26, 2003
Estoy enferma. Ya no me preocupan los dedos dormidos, pues sé que es una tendinitis y tiene arreglo. Lo que me duele ahora, más que nunca, es mi país.
Ayer alguien me comentó que estando en una panadería, una señora aseada y de aspecto más bien clase media, preguntó cuánto costaba un croissant con jamón. 1300 bolívares, fue la respuesta (menos de un dólar). Y la señora se volteó con los ojos aguados. Mi amigo, al ver esta situación, le dijo que él le brindaba el desayuno, que lo pidiera y él lo pagaba. Y la señora rompió en llanto. Yo también lloré al oír la historia.
Ayer alguien me comentó que estando en una panadería, una señora aseada y de aspecto más bien clase media, preguntó cuánto costaba un croissant con jamón. 1300 bolívares, fue la respuesta (menos de un dólar). Y la señora se volteó con los ojos aguados. Mi amigo, al ver esta situación, le dijo que él le brindaba el desayuno, que lo pidiera y él lo pagaba. Y la señora rompió en llanto. Yo también lloré al oír la historia.