miércoles, marzo 26, 2003
Creo que me he convertido en adulta. Pasó hace como tres días, así que no sé muy bien cómo es esto de sentirse grande.
Mi madre ha regresado con su novio. En verdad, nunca se han peleado, y desde que mi papá murió (hace 21 años) ella sólo se ha enseriado con él, tanto que hace años vivieron juntos, en casa. Yo odiaba la situación pues era adolescente y, aunque me parece que el novio es un sol, a ninguna adolescente le gusta que le invadan el terreno. Él se fue vaya usted a saber por qué, aunque según supe fue porque mi mamá no soportó desestabilizar la paz del hogar.
Hace una semana se mudaron juntos de nuevo. Es lindo y me hace re-feliz porque ella está muy contenta y yo ya no vivo en esa casa. Pero sólo ahora, después de tantos años, baso mi felicidad en el hecho de que ella esté acompañada, con una pareja para compartir la vida. En teoría siempre manejé esa idea, pero sólo ahora empiezo a ver a mi mamá como una mujer y no sólo como a una madre. Hasta me siento su amiga. Es extraño sentir algo que nunca se ha sentido, pero me sale tan natural que estoy por pensar que así toman los adultos la vida: como les venga y análisis mediante. Al menos, esta noticia me cayó bien, pero mejor me cayó saber que mi corazón no guarda recelos ni rencores y que, por primera vez, la señora que me parió tiene cara de mujer...
Mi madre ha regresado con su novio. En verdad, nunca se han peleado, y desde que mi papá murió (hace 21 años) ella sólo se ha enseriado con él, tanto que hace años vivieron juntos, en casa. Yo odiaba la situación pues era adolescente y, aunque me parece que el novio es un sol, a ninguna adolescente le gusta que le invadan el terreno. Él se fue vaya usted a saber por qué, aunque según supe fue porque mi mamá no soportó desestabilizar la paz del hogar.
Hace una semana se mudaron juntos de nuevo. Es lindo y me hace re-feliz porque ella está muy contenta y yo ya no vivo en esa casa. Pero sólo ahora, después de tantos años, baso mi felicidad en el hecho de que ella esté acompañada, con una pareja para compartir la vida. En teoría siempre manejé esa idea, pero sólo ahora empiezo a ver a mi mamá como una mujer y no sólo como a una madre. Hasta me siento su amiga. Es extraño sentir algo que nunca se ha sentido, pero me sale tan natural que estoy por pensar que así toman los adultos la vida: como les venga y análisis mediante. Al menos, esta noticia me cayó bien, pero mejor me cayó saber que mi corazón no guarda recelos ni rencores y que, por primera vez, la señora que me parió tiene cara de mujer...